Tanto si te obsesionas con un buen pensamiento como con un mal pensamiento, te estás obsesionando.
Si no puedes dejar de pensar en algo y se está convirtiendo en un problema para ti, hay muchas formas de abordarlo y avanzar.
A veces puede ser muy difícil controlar nuestra mente, y puede parecer imposible, pero sólo es cuestión de encontrar una forma que te funcione.
Por eso hemos recopilado 12 formas estupendas de dejar de pensar en algo, para que puedas pasar a sentirte más sano y feliz en general.
1. Afronta tu obsesión.
El primer paso para ayudarte a dejar de pensar en algo es abordarlo.
¿Qué es lo que tiene tu mente tan obsesionada?
Tómate un tiempo para averiguar qué es lo que realmente ocurre, y no tengas miedo de indagar un poco más. Lo que realmente intentas evitar puede no ser siempre lo que crees que es..
Por ejemplo, puedes estar estresado por una presentación en el trabajo. Has decidido que quieres dejar de pensar en la presentación, pero no parece que eso te haga sentir menos ansioso.
Eso puede deberse a que la presentación no es realmente lo que te preocupa, sino el hecho de que tienes miedo de tu jefe. Ese es un problema totalmente diferente, y no desaparecerá por mucho que dejes de pensar en la presentación.
En lugar de eso, tienes que abordar la cuestión con tu jefe. ¿Hay alguna forma de trabajar en tu relación con él, puedes hablar con el departamento de RRHH si hay un problema continuo como el acoso o la intimidación, puedes informar a otra persona?
Si abordas el problema real, estarás un paso más cerca de encontrar la verdadera solución.
Cuanto más puedas profundizar en lo que impulsa esos sentimientos y lo que hace que quieras evitar tanto algo, más posibilidades tendrás de solucionarlo, ¡y de poder dejar de pensar en ello para siempre!
2. Háblalo y sigue adelante.
A veces puede ser útil hablar de nuestros pensamientos en lugar de guardarlos para nosotros mismos.
Eso puede significar hablar de ellos con un ser querido en el que realmente confiemos.
Permítete ser completamente sincero sobre lo que sea que te concentra tanto: habla de cómo te hace sentir, de los resultados que te estresan o emocionan, así como de por qué quieres dejar de pensar en ello.
Cuanto más abierto seas, más probable será que puedas afrontar la situación.
Si hay algo en lo que intentas evitar pensar -incluso si es algo bueno-, asegurarte de que tus amigos y tu familia son conscientes de ello puede ser de gran ayuda.
Puede ser difícil cuando los que te rodean sacan a relucir temas que estás intentando evitar activamente, y hacerles saber de qué no deben hablar contigo puede hacer que sea más fácil dejar de pensar en algo concreto.
Hazles saber por qué intentas evitar esos pensamientos, y te apoyarán y comprenderán.
Cuanto menos te recuerden los demás esa cosa en la que intentas no pensar, menos «desencadenantes» habrá y más podrás centrarte en bajar la cabeza y seguir adelante.
3. Mantente ocupado con otras cosas.
Tanto si tratas de evitar algo que te hace sentir ansioso, como si intentas mantener la calma y dejar de emocionarte en exceso por algo grande, mantenerte ocupado es el remedio perfecto para los pensamientos que dan vueltas y vueltas.
Mantén tu mente distraída con otras cosas en la medida de lo posible. Eso puede significar pasar mucho tiempo con los amigos, estar activo, hacer algo sencillo como rompecabezas para que tu cerebro se concentre en eso, o incluso ver un programa estupendo.
Cualquier cosa que ocupe tu mente y canse tu cuerpo es ideal
4. Analiza los posibles resultados.
Bien, digamos que evitas pensar en algo porque te provoca sentimientos negativos, ya sea estrés, ansiedad o tristeza.
A menudo nos quedamos tan atrapados en nuestros sentimientos, especialmente en los que no nos gustan, que no los exploramos mucho. Esto es comprensible: ¿por qué querrías quedarte con esas emociones más tiempo del necesario?
Sin embargo, al abordar los sentimientos, puedes encontrar formas de superarlos.
Haz una lista de los resultados que te asustan. Digamos que te preocupa perder tu trabajo por cualquier motivo. Para poder dejar de pensar en eso, tienes que pensar en los posibles resultados de que eso ocurra, solucionarlos y seguir adelante.
Al encontrar soluciones a los posibles problemas relacionados con tus sentimientos, puedes conseguir un cierre y finalmente dejar de pensar en el asunto.
Por ejemplo, el hecho de que pierdas tu trabajo puede provocar una serie de resultados, como tener dificultades para pagar el alquiler, sentirte avergonzado, tener dificultades para conseguir un nuevo trabajo, etc.
Así que vamos a solucionar esos posibles resultados..
Puedes empezar a ahorrar dinero ahora haciendo algunos pequeños recortes, puedes hablar con tus seres queridos que te darán un impulso de confianza y te apoyarán, puedes mejorar tu CV y empezar a hablar con algunas agencias de contratación.
De repente, eso en lo que tratabas de evitar pensar te da menos miedo porque has reconocido qué otros problemas podría causar, y sabes que tendrás un plan en caso de que surjan esos problemas.
5. No sobrevalores las cosas positivas
Esto es similar a nuestro punto anterior, pero se centra en un pensamiento más positivo que intentas evitar.
Quizá estés intentando no pensar en la fiesta de cumpleaños que se acerca, o en las vacaciones que has reservado.
Puede que intentes evitar pensar en esas cosas porque tienes miedo de que no se produzcan. Si ese es el caso, puedes seguir un enfoque de solución de problemas similar.
Supongamos que tu fiesta se cancela por alguna razón, ¿cuáles son tus otras opciones? Al tener en mente algunas alternativas, no estás poniendo todo en que este evento ocurra.
Estás más abierto a que las cosas cambien y te sentirás más flexible y cómodo si hay que modificar las cosas en el último momento.
Al tener otras ideas preparadas, no te sentirás tan decepcionado o molesto al instante porque ya tienes preparadas algunas alternativas increíbles
Igualmente, puede que estés demasiado emocionada y quieras volver a sentirte más equilibrada. Puedes ayudarte a sentirte más nivelado pensando en por qué estás tan emocionado.
Tal vez no puedes esperar a ver a ciertos amigos, y eso te hace sentir muy exaltado, o sobreestimulado. En lugar de ir de 0 a 100, puedes empezar a aumentar poco a poco a 5 o 10 desde ahora hasta que se produzca el evento.
Eso podría implicar tener unas cuantas videollamadas con amigos antes de una gran fiesta, para que estés menos abrumado cuando se produzca.
Podría ser útil dar unos pequeños pasos en la preparación de unas vacaciones, de modo que estés menos obsesionado con que ocurra un acontecimiento singular: quizá empezar a hacer la maleta ahora, o elaborar un itinerario de viaje.
Sí, eso significa técnicamente que estás pensando en ello, pero lo hace mucho más manejable a nivel emocional. En lugar de un gran acontecimiento, tienes unas cuantas etapas en la preparación que te ayudarán a gestionar mejor tus emociones.
6. Fantasea con nuevas posibilidades
Si eres un poco soñador o te obsesionas con una fantasía concreta sobre tu futuro, esto podría ayudarte mucho. Podrías tratar de atenuar tu imaginación para no dejarte llevar demasiado o fijarte en un resultado singular.
En lugar de fijarte en una sola posibilidad, permítete pensar en un abanico de opciones
Esto significa que te sentirás menos apegada emocionalmente a tu único sueño, y éste tendrá efectivamente menos control y dominio sobre ti, lo que hará que sea más fácil dejar de pensar en él.
7. Medita y practica la atención plena.
Una de las mejores formas de apartar nuestra mente de algo es meditar. Es una forma estupenda de aquietar la mente y centrarse simplemente en existir en el presente.
Tanto si intentas dejar de pensar en algo desagradable, como si intentas no soñar demasiado, podrías beneficiarte de la atención plena.
Una de las mejores formas de practicar la atención plena es entrar en lo que se llama «tomar nota». Es una forma de gestionar tus pensamientos y emociones mientras meditas.
Básicamente, consiste en reconocer las distracciones que surgen mientras meditas, y observar si son sensaciones físicas (picor en la pierna, dolor de espalda, etc.) o pensamientos.
Si te ocupas de las distracciones, puedes dejar que te arrastren; a menudo, cuando nos esforzamos demasiado por evitar un pensamiento, éste se nos queda grabado en la mente y no podemos evitar fijarnos en él.
Hay un montón de aplicaciones increíbles que pueden guiarte en la meditación si no lo has hecho antes. Pon una música relajante, ponte cómodo y prepárate para desconectar
Cuanto más regularmente medites, más se acostumbrará tu mente a estar descansada y tranquila. Con suerte, cuando surjan ciertos pensamientos, podrás dejarlos pasar por tu mente en lugar de fijarte u obsesionarte con ellos.
Al adquirir este hábito, nuestra mente relaciona este tiempo de meditación con estar más relajado y no centrarse demasiado en ningún pensamiento.
8. Descansa y céntrate en el autocuidado.
Si te resulta difícil dejar que un determinado pensamiento se vaya hasta el punto de querer desesperadamente no pensar en algo, ¡puede que necesites más descanso!
Puede sonar a excusa, pero cuando estamos cansados, nuestra mente puede escaparse fácilmente.
Si no dormimos o nos relajamos lo suficiente, nuestros niveles de estrés aumentan, lo que puede significar que nuestra mente se aferre a un pensamiento y de repente sea lo único en lo que podemos pensar.
¿Te has dado cuenta de que aquello en lo que intentas evitar pensar ni siquiera es tan importante? En cambio, es la extraña obsesión que tiene tu cerebro con ella lo que te hace sentir más ansioso o estresado?
Si esto te resulta familiar, es muy probable que estés agotado mental y emocionalmente, y que necesites más descanso.
Recuerda que cosas como una dieta sana, algo de ejercicio, suficiente agua, luz solar y aire fresco marcan la diferencia en cómo te sientes.
Si estás luchando con tus pensamientos y sientes que no tienes control sobre tu mente en este momento, céntrate en tu bienestar.
¿Esa energía que pones en obsesionarte con esa cosa en la que estás pensando? Canalízala hacia el autocuidado, y llena tu tiempo libre con yoga, mascarillas, terapia, estiramientos, sentarte al sol.
Haz todo lo que puedas para sentirte mejor y tu mente se relajará de forma natural, ayudándote a dejar de pensar en algo que te ha estado molestando.
9. Recuerda que esto pasará.
De nuevo, esto puede parecer muy básico o demasiado fácil, pero ayuda. Una vez que te des cuenta de que estos pensamientos no te atormentarán para siempre, y de que pronto te liberarás de lo que te está nublando, te resultará más fácil dejar que estas cosas pasen y dejar de obsesionarte.
Lo que suele ocurrir, sobre todo con los pensamientos negativos, es que tenemos un pensamiento, nos incomoda, intentamos descartarlo, nos centramos en lo mal que nos sentimos por ello, el pensamiento vuelve porque seguimos centrándonos en cómo nos hizo sentir, y así sucesivamente.
Esto puede aplicarse a los pensamientos positivos, pero en lugar de sentirnos incómodos, nos sentimos excitados o felices, o se produce una liberación de dopamina (una hormona que nos hace sentir bien) y entonces nos enganchamos al ciclo.
Intenta recordar que este pensamiento no te atormentará durante mucho tiempo, y podrás dejar de obsesionarte y pensar en él.
10. Practica la espontaneidad.
Algunas de estas sugerencias están más dirigidas a las personas a las que les resulta difícil dejar de centrarse en un pensamiento negativo. Pero, ¿y si intentas dejar de pensar en algo que te entusiasma?
Si estás muy ilusionado con algo, es posible que lo hayas planeado todo en tu cabeza. Ser planificador es genial en muchos sentidos, pero también puede hacer que te vuelvas casi obsesivo con los pequeños detalles.
Si intentas evitar pensar en algo que has planificado, puedes dar algunos pequeños pasos.
Por ejemplo, ¡intenta hacer algunas cosas no planificadas! No tiene por qué ser algo como presentarse en un aeropuerto y reservar el próximo vuelo, no te preocupes.
Puede ser algo como llamar a alguien sin programarlo con antelación, tomar un café sólo porque has pasado por un sitio que parece bonito, o encontrar un sitio para cenar sin hacer una reserva antes.
Estas son algunas formas agradables de acostumbrarte a no planificar, y puedes hacerlas con un amigo si aún no te sientes cómodo probando a solas.
Cuanto más te sientas cómodo con el hecho de no planificar las cosas o de no conocer los detalles exactos y minúsculos, más empezarás a relajar ese pensamiento obsesivo
Si te obsesionas con pensar en algo que has planeado, dar un paso atrás puede ayudarte mucho.
Acostúmbrate a sentirte un poco incómodo y a hacer cosas sin planificar cada minuto del evento. Esto te ayudará a dejar de pensar en algo que está jugando en tu mente, y podrás disfrutar más de estar en el presente.
11. Terapia de inmersión.
Esto no funciona para todo el mundo Sin embargo, a algunas personas les puede resultar útil pasar un tiempo centrándose en el pensamiento que quieren evitar. Suena al revés, lo sabemos, pero ten paciencia con nosotros..
A veces, los pensamientos son muy difíciles de evitar porque intentamos cerrarlos en cuanto surgen. Por ejemplo, puede que se te venga a la cabeza tu ex, pero no quieres enfrentarte a lo que sientes; en lugar de eso, te metes en la cinta de correr, pones la música a tope o te vas de copas con los amigos.
Las tácticas de evasión pueden funcionar para algunas personas y mantenerse ocupado puede ser una gran distracción, como se ha mencionado anteriormente en este artículo. Sin embargo, algunos de nosotros necesitamos sentarnos completamente con nuestros pensamientos antes de poder salir de ellos.
Asegúrate de tener un sistema de apoyo fuerte a tu alrededor, y permítete explorar el pensamiento que estás intentando evitar. Esta inmersión única te ayudará a largo plazo, y hará que sea más fácil dejar de pensar en ello.
Permítete llorar y revolcarte, sentir tus sentimientos y reconocer lo que pasa por tu mente.
Disponer de este tiempo puede aportarte una especie de cierre, que en última instancia hará más fácil dejar de pensar en el tema en general.
12. Busca ayuda profesional.
Si te cuesta dejar de pensar en algo (ya sea negativo o emocionante) y está empezando a afectar a tu vida o a tu bienestar, podría valer la pena hablar con alguien que pueda ayudarte de verdad.
Buscar ayuda profesional te permitirá encontrar formas de superar los patrones de pensamiento obsesivo. Podrán ofrecerte algunas sugerencias sobre cómo romper tu ciclo de pensamiento, como la TCC -o Terapia Cognitiva Conductual-.
Esto puede ayudarte a formar patrones o hábitos más saludables que, en última instancia, te ayudarán a dejar de pensar en algo que te está afectando.
Te sugerimos que pruebes algunas tácticas diferentes para ver qué te funciona mejor. Recuerda que no cambiarás de la noche a la mañana, y que cuidar de nosotros mismos y de nuestra mente es un compromiso a largo plazo.
Empieza hoy mismo poniendo en práctica algunos hábitos saludables, rodeándote de tus seres queridos y buscando ayuda profesional si las cosas se sienten fuera de control.